domingo, 27 de noviembre de 2011

Tears in heaven.

 Era mi hermano, no de sangre, pero si de corazón.

 Fue repentino, se marchó sin aviso. De un día para otro ya su risa no estaba ahí.
No es primera vez que algo que realmente amo se me va, pero dolió como nunca, aún duele, solo que debo sonreir pues se que esta en un mejor lugar. Ahora siempre miro al cielo, y de alguna forma lo siento cerca. Pero eso no es suficiente, lo necesito aquí, no allá tan lejos de mi… Se que Dios lo necesita, pero ¿qué hay de mi?,  me hace mucha falta. Solía mostrarme lo maravillosa que es la vida,  era el quien me demostraba como vivir cada momento como si fuera el último.

 Todos dicen “está en un mejor lugar”, “todo pasa por algo”, pero realmente no pueden entender lo doloroso que es perder a un hermano. Le quedaba mucho por vivir, y ahora es un ángel que cuida de mi, el problema es que se suponía que debía ser yo quien cuidaría de el , debí haber sido yo quien le daría consejos cuando algo no estuviera bien,  debí haber sido YO la que le enseñaría a jugar fútbol,  la que aunque nunca ha entendido matemática, sumaría todos los números del mundo solo porque su gruñona maestra se lo habría mandado de tarea como castigo de correr en el patio. Debí haber sido yo la que cuidaría su espalda.

 Pero ahora es él quien cuida de mi,  y no puedo cambiarlo, solo se que vivirá en mi por el resto de mi vida.  Al menos se que el podrá pedirle a Dios que siempre que me caiga, me levante, que me deje cometer mil errores, y aprender de ellos.

 Todos en la familia actúan normal, como si nada hubiera pasado, supongo que lo hacen para sentirse fuertes. Pero, ¿de dónde sacan tanta fuerza?. 
 En cada reunión estaba ahí compartiendo con nosotros cada cosa que había aprendido en la escuela, ahí estaba él sonriendo de nuevo, como si los problemas no existieran, como si no le doliera haber perdido su juguete favorito. 
 Lo extraño tanto, me hace tanta falta. Se suponía que mientras mas pasaba el tiempo, menos dolor iba a haber, pero NO, entre más pasa el tiempo más lo extraño.  Suelo preguntarme ¿porqué el se fue y yo sigo aquí?,  el no tenia menos derecho que yo de vivir, no puedo y no quiero entenderlo,  no sabía lo que era injusticia, y luego pasó esto.

 Pero esto me enseñó que tengo que vivir cada segundo, cada minuto,  cada hora, como si fuese el último, se que a donde quiera que vaya, el estará conmigo.  

 DESCANZA EN PAZ CAMPEÓN, TE AMO DEMASIADO.


Estarás conmigo a donde sea que vaya, no te olvido.... te extraño. 


viernes, 11 de noviembre de 2011

Mi deseo 11:11.

Como todos los deseos este también tiene su historia. 
   Hoy, decidí preguntar a mis amigas que pedirían de deseo 11:11. El 60% dijo que pediría un príncipe azul, otras respondieron -yo no creo en eso-. 
 Yo en cambio, quisiera pedir por dos grandes amigos que quisiera conservar por el resto de mi vida. 

Uno de ellos es HECTOR: es el típico niño culto pero ¨rebelde¨.  Lo que lo hace diferente es que no se deja influenciar por los demás, siempre está dispuesto a sacarle una sonrisa a aquellos que lo necesiten (yo), es inteligente, y algo bastante extraño, pero una vez que entra en tu corazón, nunca sale de ahí.

Karla: orgullosa a su manera, suele hacerse la dura en algunas cosas; o mejor dicho en todo, y aunque tiene bien escondidos sus sentimientos, los tiene y los demuestra en el momento indicado. Siempre está ahí para cambiar el estado de animo de las personas, su sonrisa siempre depende de ella, y no derrama lagrimas por quienes no las merecen. Si la llegaran a conocer la admirarían, al menos yo lo hago. Por cierto, si la ven por ahí, díganle que un mensajito de vez en cuando no me haría mal jaja…

Bueno, se preguntarán ¿qué tienen que ver ellos con mi deseo de las 11:11?, así que ahí les va mi argumento.
 Mientras hay personas que pedirán tener un amor pasajero o quizás un “príncipe azul” que probablemente no sea como esperan, yo pediré conservar algo que ya tengo, pero que valoro tanto que no quiero perderlo. Personas como ellos no llegan de un día para otro, están aquí para cambiar mi vida, y poco a poco se van volviendo un tesoro que debo empezar a defender.

Hoy aprendí a diferenciar a las personas pasajeras, de las permanentes.
Las pasajeras te hacen felíz en su momento, pero se van sin ser botados y regresan sin ser llamados. En cambio las permanentes, llegan por una razón y no se van hasta que ya haya sido suficiente, aunque probablemente nunca lo sea. Son de esas personas que dejan huellas, y te hacen sentir en compañía, nuca te dejan solo(a) y siempre cambian tu forma de pensar, de ver las cosas.

Por esto, quiero que mi deseo sea: “que Hector y Karla siempre permanezcan en mi, que conservemos nuestra gran amistad y que dure mucho tiempo más”.

                   Todos los momentos quedan guardados en una cajita, pero sombre todo quedan en el corazón. Gracias…
                                                                                                  -Teresa Vieira.